AL FINAL DEL VERANO

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Sniff sniff a qué huele ya?

A otoño!!!

Huele a días más cortos, amaneceres más tardíos y anocheceres más tempranos.

Huele a cambio de hojas en los árboles tornándose marrón amarillento.

Se acaba el verano y con él un verano extraño para muchos por mil motivos.

 

El verano de las mascarillas y el miedo al virus. El verano que nos hemos desinfectado las manos tantas veces que se nos caen a pedazos.

Un verano con apenas eventos y carreras…al menos para mí.

Un verano que me he pasado trabajando muchas horas, sin competiciones mis fines de semana han sido ultras de curro para que otros pudieran disfrutar de sus vacaciones.

Un verano de cuadrar horas de entreno viendo amanecer y aprovechando al máximo mi día libre. Ese día libre que pillaba con tantas ganas para poder reconocer el terreno de mi próximo reto o el día elegido, para realizarlo.

Ha sido un verano que se me ha pasado rápido pero a la vez lento. Para los que vivimos en zonas turísticas de Pirineo todo el año, hemos visto como nuestros montes y sobre todo nuestros pueblos se han llenado de gente, a veces incívica y basura esparcida por lugares insospechados, mucha basura. Ojalá todos fuéramos conscientes de no ensuciar nuestra España vaciada y ser más considerado con el resto de habitantes de este planeta…

Ha sido el verano que más he disfrutado del monte. Viviendo en este paraíso no podía ser de otro modo. He disfrutado más que nunca.

He descubierto nuevas rutas, nuevos lugares.

He conocido a mucha gente nueva, gente que suma, gente que aporta.

Verano donde me he reencontrado con la Virginia que disfruta de la naturaleza, que por encima de todo se lo pasa pipa en la montaña, el campo y practicando deportes al aire libre; a esa que disfruta exprimiéndose al máximo para dar lo mejor de sí, lo mejor que tiene dentro.

He disfrutado hasta de los madrugones. En junio ver las 6 am y levantarse no era lo que más apetecía pero merecía la pena.

Sentir el frescor de la mañana para durante el día tener todo el calor del mundo :p

Ha sido un verano de volver a sentir mi vena verticalera de nuevo, pero volviendo con más experiencia y más destreza. Menos miedo y más sabiduría.

Verano de disfrutar de las bajadas como nunca por sendas juguetonas pirenaicas en las que centrarme y sentir el terreno. Cómo me gusta bajar así!

Verano de desarrollar mis ideas, tener conciencia de lo que soy y lo que quiero.

Este verano soy más montañera que el pasado pero menos que el que viene 😛

He tenido ganas de explotarme en las series aunque con poco tiempo para recuperar del trabajo o del entreno del día anterior, pero el factor psicológico y aceptación de la situación me han ayudado a poder seguir mejorando.

He disfrutado del verano de retos, he dado todo lo que tenía en ese momento y cada uno de ellos ha sido mágico.

Ha sido un verano muy duro, he pasado por momentos muy muy malos pero también en esos momentos, me he demostrado a mí misma lo dura y fuerte que puedo llegar a ser; que la forma en la que nos tomamos la vida puede hacérnosla pasar como un paseo suave en barca o como nadar con tiburones. Muchos sabréis de lo que hablo, a otros os sonara a chino.

Por todo esto y por todos vuestros motivos, creo que todos recordaremos para siempre este verano del año 2020.

Acaba el verano 2020, el fin de una etapa pero…otra etapa comienza 😉

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