Estoy en el avión.
Camino a Suiza, camino a la carrera más antigua de Suiza ni más ni menos.
Me apunté a finales del año pasado a esta competición porque me pareció una pasada de lugar y de carrera.
Los datos la resumen en: 76km 5300m+.
Imaginaba lo que tendría que entrenar para llegar a ello, imaginaba todo lo que iba a tener que sufrir para ello, pero también sabía que podría disfrutar del camino (para mí lo más importante).
Y tanto que ha sido así.
Llevo ya muchos años compitiendo por montaña y la ultra me estaba llamando. Mis datos fisiológicos también indicaban que debería ir por ese camino.
Ya era hora de ponerme el traje de ultrera y pasar muchas horas en el campo que es lo que me encanta.
Ya acabé una de 69km hace unos años, pero allí no llegué tan preparada y sufrí mucho muchísimo. Pero cuando terminé me prometí volver a ser capaz de enfrentarme a estas distancias con más experiencia a mis espaldas.
Ahora y tras haber pasado mis últimos años con mucho dolor en el isquio y por fin volviendo a estar casi al 100%, me he dado cuenta de que mi mente ya es otra.
Yo soy otra.
He podido disfrutar de los entrenamientos, he vuelto a disfrutar hasta de hacer series de 400 y de 1000 que tanto tiempo llevaba sin hacer. (y mira que es difícil que te guste estar a punto de vomitar en cada serie :p
Y de las tiradas largas…no imagináis lo que me encantan (imagino que la mayoría de los que me leéis estáis igual jejeje) así que quizá sí me entendéis, sí.

Meta de mi primera ultra (más de 10 horas corriendo) No se ven las rodillas pero tuve una buena caída y están llenas de sangre 🙁
Coger mi mapa, trazar la ruta y al día siguiente, darle caña conociendo cada vez sendas nuevas o al menos zonas que hace mucho no piso. Subir nuevos picos, disfrutar de nuevo de las subidas y bajar hasta cantando en las bajadas (sí se puede hacer :p
Con las cargas de entreno que llevo, me siento más segura que en los últimos años, al menos he dado todo lo que he podido en ellos.
También he estado aprendiendo a comer. Un trabajo de años que voy mejorando poco a poco siendo ya capaz de tomar algún alimento cada 45min, ayuda mucho poder llevarme yo misma la nutrición.
Hace unos años esto era algo impensable, no hubiera podido ni tragar un sorbo de agua, pero todo se entrena. Todo.
Ahora, la mente está tranquila; ya sabéis la calma que precede a la tempestad.
Sé que es una competición muy larga y que todo puede pasar, pero no será porque no vaya a dar todo lo que pueda de mí.
Siempre hay dudas, saldrán las últimas horas antes de la gran cita. Cuando sales a correr para activar y sientes que no sabes ni correr…cuando te empiezan a dar dolores en sitios que nunca te habían dado o en antiquísimos lugares que alguna vez tuvieron molestias. Te avisan de tu miedo, tus inseguridades. Pero, consejo, no les hagas caso que no son reales.
¿No te ha pasado alguna vez?
Ahora sólo queda disfrutar (sufriendo algo eso está claro, no es un camino de rosas, de eso estoy segura también); pero vengo con ganas, con ilusión, con motivación para ver sitios preciosos, con ganas de admirar esos paisajes que quedarán grabados en mi retina para siempre…
Si hay errores siempre se podrán mejorar, siempre se podrá aprender de ellos. Lo importante ha sido este camino, este año de muchos aprendizajes y de muchos nuevos proyectos y experiencias que aprovechar.
Porque sobre todo la vida es eso, experiencias.
Suiza….aquí estoy y por estadística siempre me has tratado muy bien en tus carreras, vamos a disfrutar de este baile.